El ingeniero y economista estadounidense Stuart Chase describía en un delicioso libro, The Tyranny of Words, editado en 1939, la galería de criaturas extraordinarias que en aquellos momentos habitaba en el imaginario colectivo en los Estados Unidos. Aquellos eran tiempos convulsos, inseguros, en los que la gente se sentía amenazada por enemigos que no había
Esta mañana, viendo desde mi ventana cómo una gaviota devoraba una paloma, pensaba en la obviedad de que los hechos que suceden en el mundo no son intrínsecamente dramáticos, o trascendentes, sino que es nuestra particular interpretación humana lo que les otorga dramatismo o trascendencia. Es decir, no hay ni un solo suceso en el