Lo intrascendente, lo dramático.

Esta mañana, viendo desde mi ventana cómo una gaviota devoraba una paloma, pensaba en la obviedad de que los hechos que suceden en el mundo no son intrínsecamente dramáticos, o trascendentes, sino que es nuestra particular interpretación humana lo que les otorga dramatismo o trascendencia. Es decir, no hay ni un solo suceso en el