No sé si le pasa a todo el mundo pero yo interpreto mi vida en clave cinematográfica. No es que consuma demasiado cine –no lo hago-, ni lea demasiadas novelas –hace tiempo que me cuesta leer ficción-, pero no puedo evitar verme a mí mismo como el protagonista de una película. En mi caso la
Podemos hacer todos los planes que queramos, pero el éxito no obedece a un plan. Los planes solo sirven para evitar algunos fracasos, los más previsibles, pero no para alcanzar el éxito. El éxito es un desobediente hijo de puta que aparece si le da la gana y cuando le da la gana. Se ríe