Casi tan nosotros como nosotros.

Antes, cuando veía a alguien mayor hablando con su perro o gato como si este fuera una persona, pensaba que era una excentricidad, una anormalidad, un pequeño delirio que la sociedad admitía con complacencia porque lo interpretaba como causa de la necesidad de ahuyentar supuestos fantasmas de soledad, pero que el perro o gato no

Armas de humillación masiva.

Estos días estamos asistiendo a la proliferación de una de las más innobles formas de crueldad verbal que los individuos de una sociedad democrática pueden ejercer. Se trata de humillar al otro haciéndole ver que las cosas que para él son las más importantes de su vida, son en realidad tonterías ridículas, burdas mentiras sin