Podríamos decir que una incongruencia es algo que no tiene explicación, un hecho extraño, incompleto, que no entendemos, que no vemos posible, que no es previsible, que no esperábamos, que nos contradice, que nos confunde. Yo diría que más o menos es eso, aunque el diccionario define un hecho incongruente como aquel que «carece de
Nuestra mente está entrenada para localizar los vínculos fuertes que relacionan los hechos. Es lo que nos enseñan en la escuela, a reparar en las relaciones de primer grado, a fijarnos en las causas próximas a los efectos observados. Es también lo que nos piden en los tests de inteligencia, que descubramos aquello que incuestionablemente vincula
Ya de pequeños se nos invita a organizar nuestra vida secuencialmente, a hacer una cosa tras otra de manera ordenada. Nada de improvisar, nada de salirnos de la línea, nada de hacerlo todo a la vez. Incluso la máquina más cercana a nuestra inteligencia la llamamos ordenador, como si el orden representara el punto álgido
En las agencias siempre ha existido la falsa creencia que la creatividad es algo puro que se mancilla si empleamos nuestras manos. Por eso en su momento sacamos los estudios fuera y más tarde decidimos no desarrollar producción digital in house. Nos considerábamos artistas y usar las manos nos parecía que era cosa de artesanos.
Podemos hacer todos los planes que queramos, pero el éxito no obedece a un plan. Los planes solo sirven para evitar algunos fracasos, los más previsibles, pero no para alcanzar el éxito. El éxito es un desobediente hijo de puta que aparece si le da la gana y cuando le da la gana. Se ríe