Ya de pequeños se nos invita a organizar nuestra vida secuencialmente, a hacer una cosa tras otra de manera ordenada. Nada de improvisar, nada de salirnos de la línea, nada de hacerlo todo a la vez. Incluso la máquina más cercana a nuestra inteligencia la llamamos ordenador, como si el orden representara el punto álgido
En las agencias siempre ha existido la falsa creencia que la creatividad es algo puro que se mancilla si empleamos nuestras manos. Por eso en su momento sacamos los estudios fuera y más tarde decidimos no desarrollar producción digital in house. Nos considerábamos artistas y usar las manos nos parecía que era cosa de artesanos.
Podemos hacer todos los planes que queramos, pero el éxito no obedece a un plan. Los planes solo sirven para evitar algunos fracasos, los más previsibles, pero no para alcanzar el éxito. El éxito es un desobediente hijo de puta que aparece si le da la gana y cuando le da la gana. Se ríe
Estoy escribiendo un ensayo. De hecho lo estoy acabando. No sé todavía como titularlo, pero trata, básicamente, de describir desde la visión de un publicitario, de un creativo, una serie de asuntos que han aparecido en mi vida que no están relacionados directamente con la publicidad pero que me llaman poderosamente la atención. Asuntos de
El pensador transversal inglés Gregory Bateson decía que si queremos entender lo que sucede en nuestro entorno, debemos aprender a pensar como piensa la naturaleza. Si hacemos caso a Bateson, miramos a nuestro alrededor y reparamos en cómo piensa, cómo actúa, cómo se comporta, descubriremos que la naturaleza, en su esencia, es dual. Hay machos